25 junio | Adolescentes
«Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.» Cantares 8: 6
En tiempos antiguos, los reyes usaban un sello especial para marcar sus cartas y documentos. Este sello era una forma de mostrar que ese mensaje venía directamente del rey y era auténtico. En el libro de Cantares, encontramos una hermosa metáfora que compara el amor a un sello colocado sobre nuestro corazón: «Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo, porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama».
El amor verdadero es como ese sello real, dejando una marca profunda y permanente en nuestros corazones. Cuando amamos a alguien de verdad, ese amor se convierte en una parte esencial de quienes somos, así como un sello que no puede ser removido sin dejar una marca.
El amor descrito en estos versos es fuerte, poderoso y resistente, capaz de enfrentar incluso los desafíos más difíciles de la vida. Es un amor que no se apaga con el tiempo ni con las dificultades, sino que permanece firme y constante. Ah, una observación importante: este tipo de amor del que hablamos hoy no se limita solo a las relaciones románticas. Puede ser un amor entre amigos, familiares o incluso el amor que sentimos por Dios. Cuando permitimos que este amor marque nuestros corazones, nos transforma y nos guía en todas nuestras acciones y decisiones, mostrando que tenemos un Rey que comanda nuestra vida: el Rey del amor, Jesucristo.
En Acción:
Haz un sello del amor usando arcilla o masa de modelar. Moldea la arcilla en una forma que represente el amor para ti y deja que la arcilla se seque hasta que esté dura. Después de que tu sello esté listo, úsalo para marcar cosas que amas. Cada vez que uses tu sello, recuerda el amor que tienes en tu vida y la importancia de compartir este amor con los demás.