11 julio | Adolescentes

EL DÍA SANTO DEL SEÑOR

«Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras.» Isaías 58: 13

El sábado es un día muy especial, un regalo que Dios nos dio. Pero muchas personas tienen dudas sobre qué pueden, o no pueden hacer, en ese día. En la Biblia, en Isaías 58: 13-14, Dios nos orienta sobre cómo debemos disfrutar de este día. Este texto nos comparte un «principio» acerca del sábado, es decir, que puede ser aplicado de diversas maneras. En estos versículos aprendemos que el sábado no es solo un día de descanso, sino un día para conectarnos de manera más profunda con Él y con las personas a nuestro alrededor.

Primero, Dios nos pide considerar al sábado como un “día santo”. Esto significa que es un día separado de los demás, un día especial dedicado a Él. Mira, el sábado es un día igual que los otros. El sol sale, puede llover, hacer calor. La diferencia es que las 24 horas de este día son santas. No es un día para hacer las mismas cosas que hacemos durante la semana, como trabajar o preocuparnos por las tareas. Es un día para descansar, reflexionar sobre las bendiciones de Dios y pasar tiempo de calidad con Dios, nuestra familia y amigos.

El gran principio detrás del sábado es que en este día no hacemos nuestra voluntad. No es un día para preocuparnos por lo que nosotros queremos, sino por lo que Dios quiere. No es un día de la familia, es un día del Señor. Necesitamos aprender a dejar de seguir nuestros «caminos». Entonces, este día se convertirá en una gran delicia y nos traerá muchas bendiciones. ¡Porque es el Señor quien lo dice!

En Acción:

Para recibir el próximo sábado, planea hacer algo diferente. ¿Qué tal invitar a algunos amigos de la escuela y cocinar algo para que toda la familia pueda disfrutar junta? Esto puede ayudarte a recordar las delicias de este día especial.