14 julio | Adolescentes
«Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo; y os tomaré uno de cada ciudad y dos de cada familia, y os introduciré en Sion.» Jeremías 3: 14
En Jeremías 3: 6-21, encontramos una historia triste donde vemos cómo Israel fue infiel a Dios. Es como cuando alguien promete ser tu amigo y cuidar la amistad, pero luego olvida esas promesas y toma decisiones que lastiman a los amigos involucrados. Dios tenía una relación especial con Israel, como un amigo muy cercano o incluso parte de la familia, pero el pueblo de Israel comenzó a seguir otros caminos, adorando ídolos y olvidando las leyes y el amor que Dios tenía por ellos.
Dios, a través de Jeremías, llama a Israel «esposa infiel», porque rompieron la promesa de ser fieles a Él. Es triste, porque muestra que eligieron otras cosas en lugar de la amistad y el cuidado que Dios les ofrecía. Pero, a pesar de esta tristeza, Dios abandonó a Israel. Porque Dios no se da por vencido cuando se trata de nosotros. Él nos ofrece una nueva oportunidad, nos perdona y vuelve a reconstruir esa amistad rota.
Esto nos enseña algo muy importante sobre Dios: incluso cuando erramos o nos desviamos del camino correcto, Dios está listo para perdonarnos y darnos una nueva oportunidad. No importa hasta dónde hayamos llegado, o qué hayamos hecho. Si nos arrepentimos, Dios nos perdonará. Él espera que volvamos a Sus caminos, como un amigo que no olvida el valor de la amistad, incluso cuando las cosas se ponen difíciles.
En Acción:
Piensa en un amigo o amiga a quien hayas sido infiel o hayas descuidado su amistad. Escríbele un mensaje pidiéndole disculpas y expresándole cuánto lo valoras y por qué quieres ser su amigo. Esta es una manera de practicar el perdón y la reconciliación, así como Dios lo hace con nosotros.