21 julio | Adolescentes
«Entonces tomaron ellos a Jeremías y lo hicieron echar en la cisterna de Malquías, hijo de Amelec, que estaba en el patio de la cárcel; y metieron a Jeremías con sogas. Y en la cisterna no había agua, sino cieno; y se hundió Jeremías en el cieno.» Jeremías 38: 6
La vida de Jeremías, un profeta llamado por Dios para llevar mensajes difíciles al pueblo de Israel, está llena de lecciones importantes, como vimos en los últimos devocionales. Sin embargo, en los capítulos 37, 38 y 40, vemos algunos de los desafíos más intensos que enfrentó por ser fiel a su misión. Jeremías fue encarcelado, arrojado a un pozo y rechazado por el pueblo al que intentaba ayudar. Aun así, no se dió por vencido y continuó compartiendo con los israelitas la verdad que Dios le había confiado.
Una de las mayores lecciones que aprendemos de Jeremías es el coraje frente a la adversidad. Su historia nos muestra que seguir el camino correcto no siempre es fácil y puede llevarnos a enfrentar grandes dificultades.
Jeremías también nos enseña sobre la importancia de la perseverancia. Perseverar es seguir intentándolo y no rendirse, incluso cuando las cosas se ponen difíciles o cuando enfrentamos obstáculos en nuestro camino. A pesar de todas las veces en las que fue ignorado, ridiculizado o incluso perseguido, Jeremías continuó cumpliendo su misión. Esto nos recuerda que debemos perseverar en nuestra fe y en las tareas que Dios nos confía, incluso cuando parece que nadie nos está escuchando o valorando nuestro esfuerzo.
En Acción:
Desafío de la perseverancia: esta semana, supera un récord personal. Ya sea saltando la cuerda, corriendo más tiempo, aumentando el número de goles o bebiendo más agua. Mejora un poco cada día. Con perseverancia, si sigues mejorando tan solo un poco diariamente, ¡al final del año habrás avanzado muchísimo!