1 agosto | Adolescentes
«Por tanto, así ha dicho Jehová, el Señor: “Tendré misericordia de toda la casa de Israel y me mostraré celoso por mi santo nombre.”» Ezequiel 39: 25
¿Has oído hablar del juez Frank Caprio? Se hizo famoso por una razón muy especial: su enorme capacidad de ser misericordioso. A pesar de ser juez y encontrarse con personas que han cometido errores, siempre busca entender la situación de cada uno y, muchas veces, decide con compasión y misericordia. ¡Incluso llega a ayudar a sus acusados a pagar sus multas! Esto es increíble, porque muestra que incluso en un tribunal, donde las reglas son estrictas, hay espacio para la bondad y la comprensión, es decir, la misericordia.
En comparación con el juez Frank, el texto de hoy nos muestra cuán increíble es Dios y Su misericordia. A pesar de que el pueblo había hecho muchas cosas malas, siendo desobedientes e infieles, Dios prometió que los ayudaría y tendría compasión de ellos. Es como si, después de un tiempo de castigo, Dios abrazara a todos y dijera: «vamos a intentarlo de nuevo.» Esto nos muestra que Dios no está siempre «enojado» ni se enoja para siempre. El siempre estará dispuesto a darnos una nueva oportunidad para mejorar.
La misericordia de Dios es una de Sus cualidades más reconfortantes. Él entiende nuestras debilidades y siempre está dispuesto a darnos una segunda, tercera, cuarta oportunidad, no importa cuántas veces fallemos. Dios nunca nos abandonará, y al igual que el juez que mencionamos en nuestra reflexión, ¡Él también pagó el precio de nuestras multas!
En Acción:
Mira algunos videos del juez Frank Caprio en las redes sociales y elige el que más te toque el corazón. Luego, comparte este video con tu familia o amigos, y reflexiona con ellos sobre cómo, si un ser humano puede ser tan misericordioso, Dios, en Su grandeza, ¡lo es infinitamente más!