2 agosto | Adolescentes
«Balanzas justas, efa justo y bato justo tendréis.» Ezequiel 45: 10
¿Alguna vez has estado en una situación donde recibiste más cambio del que debías? Imagina que compraste un bocadillo y, al pagar con dinero, el cajero se equivocó y te devolvió más de lo que debería. El error no fue tuyo, pero ¿qué hacer ahora? Quedarte con el cambio extra puede parecer tentador, después de todo, tendrás más «dinero», pero devolverlo es lo que define tu honestidad. Es en estas pequeñas acciones donde aprendemos a hacer lo que es justo y correcto.
El texto que leemos hoy nos orienta: «Balanzas justas, efa justo y bato justo tendréis». En el pasado, cuando las personas comerciaban, era fundamental que las medidas usadas fueran correctas para garantizar que nadie fuera perjudicado. Pero esta orientación va más allá de los negocios, nos enseña sobre la vida en general. Ser justo es tratar a todos por igual, sin favoritismos ni prejuicios. Y ser honesto es ser siempre verdadero.
Imagina un mundo donde todos actuasen con justicia y honestidad. Sería un lugar de confianza mutua, donde los conflictos serían raros y la paz siempre prevalecería. ¡Este es el mundo que Dios desea para nosotros como cristianos!
En Acción:
Esta semana, practica la honestidad. Si encuentras dinero perdido en la escuela, intenta averiguar de quién es y devuélvelo. Cuando juegues con tus amigos, juega limpio y sé justo, incluso si eso significa perder el juego. Esta actitud demostrará a los demás la importancia de vivir de acuerdo con los principios que Dios nos ha enseñado a través de Su Palabra.