13 agosto | Adolescentes
«Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez.» Jonás 2: 1
Esta historia es una de las más conocidas de la Biblia. Jonás estaba huyendo del llamado de Dios. Dios le pidió que fuera a Nínive, pero él tomó un barco en dirección contraria. En el mar, enfrentó una terrible tormenta y los tripulantes, desesperados, intentaban de todo para que el barco no se hundiera. Jonás entendió que la tormenta era consecuencia de su desobediencia y para calmarla, le pidió a estos hombres que lo lanzaran al mar. Jonás cayó al agua y un gran pez lo tragó. Pasó tres días dentro del pez, rodeado de algas y otras «comidas» de pez.
¿Te has preguntado cómo logró Jonás sobrevivir tanto tiempo dentro de la barriga de un pez? Su secreto fue la oración. Desde el vientre del pez, en un lugar inusual, oró a Dios. No necesitó estar en un templo o en un lugar especial para orar. Simplemente habló con Dios, pidiéndole ayuda y reconociendo sus errores. Y Dios lo escuchó. Después de tres días, el pez devolvió a Jonás a tierra firme.
La lección que aprendemos con Jonás es que podemos orar en cualquier lugar y en cualquier momento. No hay un lugar específico para orar. Lo incorrecto es no orar. No importa dónde estemos, Dios siempre nos escucha. ¿No es maravilloso?
En Acción:
Elige un lugar diferente para orar esta semana. Puede ser en tu jardín, debajo de tu cama, o en cualquier otro lugar inusual. Lo importante es recordar que Dios está en todos lados y siempre listo para escuchar tus oraciones. Luego, comparte con tu familia o amigos cómo fue esta experiencia de orar en un lugar diferente.