23 enero | Adolescentes

DIOS DA LA VICTORIA CUANDO TODO PARECE IMPOSIBLE

«Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas.» Éxodo 14: 21

No sé si te has dado cuenta, pero a veces, Dios parece esperar hasta el último segundo para actuar, como si estuviésemos en minuto 90 del segundo tiempo de un partido de fútbol. ¿Sabes ese momento en el que ya estamos a punto de rendirnos? ¿Cuando no vemos una solución? La historia de hoy es un ejemplo perfecto de esto.

Imagina estar al borde del mar, sin tener a dónde correr, con un ejército entero persiguiéndote para capturarte. Esa era exactamente la situación del pueblo de Israel. Estaban acorralados entre el Mar Rojo y el ejército del Faraón, que había cambiado de opinión sobre dejarlos ir. Pero fue justo cuando todo parecía perdido, cuando las esperanzas pendían de un hilo, que Dios actuó de manera increíble. ¡Moisés extendió su mano sobre el mar, e, increíblemente, Dios abrió un camino en medio de las aguas! Un camino seco apareció, permitiendo que el pueblo pasara. Y cuando el ejército egipcio intentó seguirlos, las aguas se cerraron, protegiendo al pueblo de Israel de sus perseguidores.

Esta historia nos enseña que, incluso cuando parece que no hay salida, Dios puede hacer lo imposible. ¿Y por qué Dios espera hasta el último momento para actuar? Para dejar claro que fue Él quien lo hizo. ¡Quiere que sepamos que fue una intervención divina, sin lugar a dudas! Por eso, si estás enfrentando dificultades y pareciera que no hay salida, recuerda lo que sucedió en el Mar Rojo. Mantén viva tu fe y esperanza. La ayuda de Dios puede estar en camino, en el último segundo, para darnos la victoria que necesitamos.

En Acción:

Piensa en alguna momento de tu vida en el que sentiste que todo estaba perdido, pero algo milagroso sucedió en el último minuto. Comparte esta historia con tu familia o amigos, para recordarles que, incluso en las situaciones más difíciles, no debemos rendirnos porque Dios puede darnos la victoria cuando menos lo esperamos.