18 agosto | Adolescentes
«Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den mantenimiento, aunque las ovejas sean quitadas de la majada
y no haya vacas en los corrales, con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi salvación.» Habacuc 3: 17,18
A veces las cosas no salen como planeamos. Puede que el paseo que esperabas se cancele por la lluvia, o tal vez no recibas el regalo que querías para tu cumpleaños. En esos momentos, es fácil sentirse triste o frustrado, ¿verdad? Pero el texto de Habacuc 3: 17-18 nos enseña una lección importante: aunque las cosas no vayan bien, aún podemos alegrarnos en el Señor: «Con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi salvación».
Habacuc era un profeta que sabía que tiempos difíciles se acercaban para su pueblo. Aun así, decidió alegrarse en Dios. Sabía que, a pesar de las circunstancias, Dios seguía siendo bueno y digno de confianza.
Esto no significa que debamos fingir que todo está bien cuando no lo está. Pero significa que podemos encontrar alegría y esperanza en Dios, incluso en los momentos difíciles. Él es como un amigo que siempre está a nuestro lado, dándonos fuerza y valor, sin importar la situación.
En Acción:
Elige un día de la semana y decide junto a tu familia que, ese día, todos intentarán encontrar motivos para alegrarse, incluso en las pequeñas contrariedades. Al final del día, reúnanse y compartan sus experiencias, contando acerca de cómo encontraron alegría en Dios a pesar de los desafíos. Esto les ayudará a reforzar la idea de que podemos alegrarnos en el Señor en todas las circunstancias.