27 agosto | Adolescentes
«Y Jesús, después que fue bautizado, subió enseguida del agua, y en ese momento los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y se posaba sobre él.» Mateo 3: 16
El bautismo es un momento muy especial en la vida de cada cristiano. Es como un baño espiritual que nos limpia de todos nuestros pecados, así como un baño común nos quita la suciedad de nuestro cuerpo. Pero, ¿por qué Jesús, que nunca pecó, decidió bautizarse? La respuesta es simple: Jesús no se bautizó para limpiar sus pecados, sino para darnos un ejemplo de cómo debemos vivir nuestras vidas.
Imagina si tus padres te dijeran que no grites, pero ellos mismos gritaran todo el tiempo. Sería difícil obedecer, ¿verdad? Pero cuando alguien nos muestra cómo hacer algo, es mucho más fácil entender y seguir su ejemplo. Jesús hizo exactamente eso. Se bautizó para mostrarnos que el bautismo es importante, incluso para aquellos que piensan que no han cometido pecados graves. Nos dio el ejemplo perfecto y nos enseñó cómo hacer las cosas de la manera correcta.
Así que, cuando pienses en el bautismo, recuerda que Jesús no solo nos dio un símbolo a seguir, sino también un ejemplo de lo que debemos hacer. Él nos mostró cómo hacer las cosas correctamente.
En Acción:
Piensa en algo que puedas hacer para dar el ejemplo a los demás, tal como Jesús lo hizo con el bautismo. Puede ser algo sencillo, como ser amable con alguien o ayudarlo en algo que necesite. Muestra a las personas el camino correcto, tal como Jesús también lo hizo.