11 septiembre | Adolescentes
«Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; también repartió los dos peces entre todos.» Marcos 6: 41
Seguramente ya has escuchado la historia de la multiplicación de los panes y los peces. Pero hoy quiero invitarte a que te pongas en el lugar de ese niño... ¿Vamos a intentarlo? Imagina que te estás preparando para escuchar a Jesús. Tu madre, con cuidado, coloca en tu bolsa cinco panes y dos peces, recordándote llevar algo para comer. Al llegar, ves una multitud enorme, ¡todos quieren escuchar lo que Jesús va a decir!
De repente, los discípulos comienzan a moverse entre la gente, buscando a alguien que tenga algo para comer. Ves a uno de ellos acercándose y preguntando si alguien tiene algo para compartir. ¿Y ahora? Es tu turno de decidir: ¿compartes tu comida o la guardas solo para ti?
Ahora, piensa: ¿y si decides no compartir? ¡La historia de este asombroso milagro que hoy conocemos tan bien no existiría! Pero, afortunadamente, el niño decidió compartir lo poco que tenía. Y, gracias a esta elección, pudimos aprender cómo Dios puede multiplicar lo que tenemos en nuestras manos. Este milagro increíble nos enseña algo muy importante: Jesús puede usar lo poquito que tenemos y transformarlo en mucho. ¿Cuándo? ¡Cuando estamos dispuestos a compartir! No importa si parece poco, lo que importa es lo que Jesús puede hacer con lo que tenemos en nuestras manos.
En Acción:
Elige algo tuyo para compartir esta semana. Puede ser un almuerzo, un juguete, un libro o incluso un dibujo. Al compartir, estarás actuando como el niño de los panes y los peces, dando a Dios la oportunidad de multiplicar tu gesto de bondad.