15 septiembre | Adolescentes
«Entonces algunos comenzaron a escupirlo, a cubrirle el rostro, a darle puñetazos y a decirle: “¡Profetiza!”. También los guardias le daban bofetadas.» Marcos 14: 65
Imagina a alguien pasando por una situación muy difícil, siendo burlado y maltratado, pero sin haber hecho nada para merecer eso. Fue exactamente lo que le sucedió a Jesús, como vemos en el texto de hoy, en Marcos 14: 65. Las personas le cubrieron el rostro, se burlaron y hasta lo agredieron. Pero, ¿por qué Jesús, siendo tan bueno y poderoso, dejó que esto sucediera? Él enfrentó y soportó todo esto por un motivo muy especial: nosotros.
Jesús podría haber evitado todo su sufrimiento en un instante, pero eligió pasar por estas dificultades para que podamos entender el verdadero significado del sacrificio y el amor. Él sufrió las humillaciones y dolores que nosotros mereceríamos por nuestros errores, pero lo hizo porque nos ama más de lo que podemos imaginar. Incluso en los momentos más difíciles, Jesús pensó en nosotros y eligió seguir con su misión, a pesar de todo el sufrimiento que significaba. Él no nos abandonó y todavía está a nuestro lado. Jesús entiende nuestras penas y siempre está con nosotros, ofreciéndonos su mano y su corazón lleno de amor. Hagamos que todo el sufrimiento por el que Jesús pasó no haya sido en vano.
En Acción:
Elige a alguien que esté enfrentando dificultades, acoso o humillaciones. Demuéstrale apoyo constante: déjale notas de ánimo, ofrécele ayuda discreta y haz gestos que les demuestren que no están solos. Sé una presencia constante de amor y cuidado, reflejando la compañía constante de Jesús en nuestras vidas.