21 septiembre | Adolescentes
«Entonces el Señor le respondió y dijo: ¡Hipócrita!, ¿no desatáis vosotros vuestro buey o vuestro asno del pesebre y lo lleváis a beber en sábado? Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en sábado?» Lucas 13: 15,16
Un día, mientras Jesús enseñaba en una sinagoga en sábado, ocurrió algo especial. Él vio a una mujer que estaba enferma desde hacía ya muchos años y decidió ayudarla, aunque era sábado. Algunas personas pensaron que Jesús no debería haber hecho esto en sábado, ya que es un día de descanso y no de trabajo, como curar a alguien.
Pero Jesús explicó algo muy importante: el sábado es un día para hacer el bien y ayudar a los demás, no solo un día para no hacer nada. No es solo un día de descanso, sino también un día para pensar en los demás, no solo en nosotros mismos. Imagina así: durante seis días de la semana, hacemos muchas cosas que nos gustan y que son importantes para nosotros. Pero el sábado, tenemos la oportunidad de hacer algo diferente: dedicar nuestro tiempo a Dios y a las personas a nuestro alrededor.
Este día es como un regalo que Dios nos da para mostrar amor y cuidado hacia los demás. Cuando un médico, una enfermera, o un reportero hacen algo por las personas, sin esperar nada a cambio, no trabajan para sí mismos. Durante la semana, el servicio está enfocado en nuestro bienestar. El sábado, el servicio está enfocado en el bienestar de los demás. Durante la semana, el énfasis está en recibir. En sábado, el énfasis se encuentra en dar.
En Acción:
Para vivir la enseñanza de Jesús sobre el sábado, piensa en algo bueno que puedas hacer el próximo sábado para ayudar a alguien o para pasar un tiempo especial con tu familia o amigos. Recuerda, el sábado es un día para recargar el corazón y nuestras fuerzas para la próxima semana.