24 septiembre | Adolescentes
«Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que me hospede en tu casa.» Lucas 19: 5
Subir a los árboles es una de las cosas más divertidas de la infancia ¿verdad? Te sientes más cerca del cielo, tocando las hojas e incluso comiendo frutas directamente del árbol. Zaqueo, un hombre ya adulto, que era recaudador de impuestos y muchas personas no lo apreciaban porque pensaban que no era una buena persona, no permitió que el miedo a ser demasiado pesado lo detuviera de tener su propia aventura en un árbol. Él deseaba de corazón poder ver a Jesús, así que encontró una manera creativa de hacerlo: ¡se subió a un sicómoro!
Al ver a Zaqueo arriba del árbol, Jesús hizo algo asombroso: se invitó a sí mismo a quedarse en su casa. ¡Así es, Jesús quería visitar a Zaqueo! Este momento refleja una verdad muy especial para nuestra vida también: cuando nos esforzamos por estar más cerca de Jesús, como lo hizo Zaqueo, Jesús también pone de su parte. Él quiere estar con nosotros, entrar en nuestros hogares y en nuestras vidas, pero primero, necesitamos abrirle la puerta e invitarlo a entrar.
La visita de Jesús a la casa de Zaqueo es un recordatorio de que Él vino para todos, especialmente para aquellos que sienten que no merecen Su presencia. Cualquiera de nosotros puede, al igual que Zaqueo, ver su vida transformada por el amor y la gracia de Jesús, simplemente invitándolo a entrar.
En Acción:
Este fin de semana, encuentra un árbol seguro para subir. Desde arriba, vuelve a pensar en la historia de Zaqueo. ¿Qué sientes al estar más cerca del cielo? ¿Cómo crees que se sintió Zaqueo cuando desde las alturas pudo ver a Jesús?