25 septiembre | Adolescentes

¡TEN CUIDADO!

«Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y de embriaguez y de las preocupaciones de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día, porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de la tierra.» Lucas 21: 34,35

¿Alguna vez te has sentido preocupado por algo que aún no ha pasado? Eso se llama ansiedad. La palabra «ansiedad» proviene del latín y significa angustia, perturbación e incluso sentirse sofocado. Y ¿no es así como nos sentimos a veces? La ansiedad puede hacernos sufrir antes de tiempo, y Jesús lo sabía muy bien. En Lucas 21, Él nos aconseja: «Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y de embriaguez y de las preocupaciones de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día».

Jesús nos enseña a vivir el presente sin perdernos en preocupaciones innecesarias. Quiere que estemos atentos y preparados para Su regreso, pero sin sentir una ansiedad que nos paralize. Prepararnos para la Segunda Venida de Jesús debe ser una aventura de fe y esperanza, no de miedo y ansiedad.

La ansiedad puede distraernos de lo que realmente importa. Nos preocupamos demasiado por las cosas de esta vida cuando intentamos controlarlo todo. ¡Pero eso es imposible! Hay cosas que simplemente no podemos controlar. Por eso, Jesús nos recuerda que debemos vivir cada día con alegría y confianza en Dios, esperando y preparándonos para Su regreso en lugar de preocuparnos por otras cosas.

En Acción:

Para combatir la ansiedad y vivir con más esperanza, practica la gratitud diariamente. Cada día, escribe o di en voz alta tres cosas por las que estés agradecido. Esto puede ayudarte a centrarte en el presente y a confiar más en Dios.