28 septiembre | Adolescentes

JESÚS TE AMÓ DESDE EL PRINCIPIO

«De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.» Juan 3: 16,17

El devocional de hoy se trata sobre el versículo bíblico más conocido de la Biblia. Solo con comenzar el versículo, seguramente querrás continuarlo... ¿Lo intentamos? «De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.» Este versículo es muy famoso por una buena razón: resume el gran amor de Dios por nosotros y el plan increíble que Él tiene para salvar a la humanidad.

Dios nos ama a cada uno de nosotros de una manera tan profunda y verdadera que estuvo dispuesto a hacer el mayor sacrificio posible: enviar a Su propio Hijo, Jesús, para morir en nuestro lugar. Jesús vino al mundo no para condenar a las personas, sino para salvarlas. Él quiere que todos tengan la oportunidad de conocer a Dios y recibir la vida eterna.

Este amor de Dios es tan grande y poderoso que puede cambiar vidas. Cuando entendemos cuánto nos ama Dios, comenzamos a ver el mundo y a las personas de una manera diferente. Comenzamos a amar más, a perdonar más y a vivir de una manera que refleja el amor de Dios. Después de todo, quien recibe tanto amor, ese amor supremo, debería dar, o mejor dicho, devolver más amor.

En Acción:

Para enfocarte más en Jesús y Su gran amor por ti, te desafío a hacer un ayuno de una semana. No será de comida, sino de algo que creas que puede estar interfiriendo en tu relación con Dios. Tal vez tu celular, redes sociales, algún juego o tipo de música. Pasa una semana sin eso y observa si tu relación con Dios mejora. Si Él dio tanto por ti, ¿por qué no «sacrificarte» una semana para mejorar tu conexión con Él?