7 octubre | Adolescentes

EL CUIDADO DE JESÚS POR SUS AMIGOS

«Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, rogó a Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces fue y se llevó el cuerpo de Jesús» Juan 19: 38

Después de que Jesús fue crucificado, algo muy especial sucedió, mostrando cuánto era amado por sus amigos. En Juan 19: 38-42, leemos sobre José de Arimatea y Nicodemo, dos hombres que apreciaban mucho a Jesús. A pesar del miedo y la tristeza, tuvieron el coraje y la compasión necesarios para cuidar a Jesús después de Su muerte.

José, que era un discípulo de Jesús en secreto por miedo a los líderes judíos, pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. Pilato estuvo de acuerdo, y José, junto a Nicodemo, quien anteriormente había visitado a Jesús de noche para aprender de Él, prepararon cuidadosamente el cuerpo de Jesús para el entierro. Lo envolvieron en lienzos limpios y lo colocaron en una tumba nueva, que José había comprado para sí mismo. Nicodemo trajo una mezcla de mirra y áloe, alrededor de treinta y tres kilos, para ungir el cuerpo de Jesús, siguiendo las costumbres de la época.

Esta historia nos muestra el amor profundo y el respeto que los amigos de Jesús tenían hacia Él. Incluso en un momento de gran peligro y tristeza, no lo abandonaron. Demostraron su fe y devoción a través de sus actos de cuidado, asegurándose de que Jesús fuera honrado incluso después de Su muerte.

En Acción:

Piensa en una manera de mostrar cuidado y amor por tus amigos o familiares, así como lo hicieron José de Arimatea y Nicodemo por Jesús. Puede ser algo simple, como escribir una carta de agradecimiento, ayudar en una tarea sin que te lo pidan, o hacerle un pequeño regalo a alguien. Estos gestos de cuidado reflejan el amor que Jesús nos enseñó a tener unos por los otros.