8 octubre | Adolescentes
«Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas» Juan 21: 17
A la orilla de un lago, después de una comida con sus discípulos, Jesús tuvo un momento muy especial con Pedro, descrito en el texto de hoy. En esta conversación, Jesús le hizo tres preguntas sobre su amor hacia Él. En el texto, vemos que Jesús usó dos palabras griegas diferentes para «amor», lo que nos ayuda a entender mejor el tipo de amor que Pedro sentía por Él.
Primero, Jesús le preguntó a Pedro si lo amaba con «amor ágape» – un amor incondicional, como el que los padres sienten por sus hijos. Pedro, sintiendo la profundidad de esa pregunta, respondió que amaba a Jesús, pero con «amor filéo» – un amor fraternal, de amistad. Jesús repitió la pregunta y recibió la misma respuesta. Entonces, Jesús adaptó Su pregunta al nivel de amor que Pedro expresaba, usando la misma palabra que él: «filéo».
Pedro se entristeció con la tercera pregunta, no solo por la repetición, sino porque comprendió que su amor aún no había alcanzado el «amor ágape» que Jesús esperaba. Pero ¿sabes cuál es la mejor parte de esta historia? Jesús aceptó el amor de Pedro tal como él podía ofrecerlo. Esto nos llena de alegría, pues muestra que, incluso cuando no podemos amar a Jesús de la manera en la que Él espera y merece, Él acepta el amor que tenemos por Él. ¿No es maravilloso?
En Acción:
Para terminar este devocional, haz una oración sincera e intenta decirle a Jesús: «Te amo». Luego comparte lo que sentiste al decirle esta frase tan hermosa.