9 octubre | Adolescentes
«Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.» Hechos 1: 8
¿Alguna vez te has sentido solo? Algunas personas encuentran consuelo en la soledad, mientras que otras pueden sentirse solas incluso cuando están rodeadas por mucha gente. Hay quienes encienden el televisor para sentirse acompañados, argumentando que esto les hace sentir que hay alguien más a su alrededor. Desde el principio, cuando Dios creó a los seres humanos, Él deseaba estar entre nosotros. Dios paseaba por el Jardín del Edén, disfrutando de la compañía de Adán y Eva. Sin embargo, con el tiempo y debido a nuestras malas decisiones, nos distanciamos de Él.
En Su amor infinito, Dios encontró una nueva manera de volver a conectarse con nosotros: envió a Su Hijo, Jesús, para vivir entre nosotros. Y después de Su resurrección, cuando Jesús regresó al cielo, nos dejó una promesa asombrosa, registrada en Hechos 1:8: tras su partida, el Espíritu Santo estará con nosotros. ¡Esto significa que nunca más estaremos solos! Dios prometió estar siempre cerca de nosotros.
A veces, podemos olvidar esta presencia constante, así como nos olvidamos hasta del aire que respiramos. Pero el Espíritu Santo siempre está a nuestro lado, listo para recordarnos sobre el amor y el cuidado de Dios. Él nos convence de lo que está mal y nos da poder y esperanza para atravesar las dificultades de la vida. No sé para ti, pero para mí es increíble saber que el Espíritu Santo está aquí conmigo mientras escribo y también contigo mientras lees estas palabras.
En Acción:
Crea un recordatorio visual de la presencia del Espíritu Santo. Puede ser un dibujo, una pequeña tarjeta o cualquier objeto que signifique algo para ti. Colócalo en un lugar visible y así, cada vez que lo veas, recordarás que nunca estás solo: ¡el Espíritu Santo está siempre contigo!