13 octubre | Adolescentes
«El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel» Hechos 9: 15
¿Sabías que el amor de Jesús es tan grande que alcanza incluso a aquellos que lo persiguen? La historia de Saulo en Hechos 9: 1-18 es el ejemplo perfecto de esto. A Saulo no le gustaban las personas que seguían a Jesús. En realidad, quería hacerles mucho daño, llegando incluso a perseguirlas. Pero, ¡algo increíble sucedió! Mientras Saulo estaba camino a Damasco para arrestar a más seguidores de Jesús, tuvo un encuentro sorprendente con Él.
Una luz del cielo brilló alrededor de Saulo, y él escuchó la voz de Jesús preguntándole: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Este momento cambió la vida de Saulo para siempre. De ser un perseguidor de los seguidores de Jesús, se convirtió en uno de ellos. Más aún, Saulo, que poco después adoptó el nombre de Pablo, se convirtió en uno de los más importantes predicadores del amor de Jesús hacia todo el mundo.
Saber que Jesús puede transformar a un perseguidor en un predicador de Su amor nos muestra que Él no rechaza a nadie. Tal vez conozcas a alguien que se burla de Jesús o que persigue a las personas de tu iglesia. Recuerda, ¡el amor de Cristo también es para esa persona! El ejemplo de Saulo nos enseña que no hay corazón tan cerrado que el amor de Jesús no pueda abrir.
En Acción:
Ora por aquellas personas que parecen ser «enemigos» o perseguidores del cristianismo en la actualidad. Pide que, así como Saulo tuvo un encuentro transformador con Jesús, estas personas también puedan experimentar el amor y la transformación que solo Jesús puede ofrecer.