16 octubre | Adolescentes
«En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir» Hechos 20: 35
Vivir como discípulos de Jesús no significa solo admirarlo desde lejos. Debemos transformarnos cada día en una expresión viva de Su amor y enseñanzas. En el texto de hoy, Pablo se despide de los líderes de la iglesia de Éfeso y comparte, en este momento tan personal, las características esenciales de un verdadero discípulo de Jesús, mostrando con su propia vida el camino a seguir.
1. Servir con humildad: Ser discípulos significa poner a los demás por delante de uno mismo y servir a Dios y a las personas con un corazón humilde.
2. Valor en la misión: Aunque sabía los peligros que enfrentaría, Pablo no dudó en cumplir su misión. Un discípulo de Jesús tiene el valor necesario para compartir la verdad del Evangelio, incluso cuando parece difícil o imposible.
3. Compartir generosamente: Pablo destacó la importancia de trabajar duro y ayudar a los necesitados. Ser discípulo también implica ser generoso, compartiendo lo que tenemos con aquellos que lo necesitan.
4. Vigilar y cuidar: Como un pastor cuida de su rebaño, Pablo alertó a los líderes para que vigilaran y cuidaran a las personas a su cargo. Un discípulo se preocupa no solo por sí mismo, sino también por los demás, protegiéndolos de los peligros espirituales.
5. Valorar la comunidad: La despedida de Pablo está marcada por lágrimas y abrazos, mostrando el fuerte vínculo entre ellos. Ser discípulo significa valorar la comunidad cristiana, amando y apoyando a los demás como una familia. ¡Al fin y al cabo, en la iglesia nos llamamos «hermanos»!
En Acción:
Elige una característica de discípulo que quieras practicar hoy. Haz una buena acción inspirada en ella y mañana comparte cómo te sentiste.