22 octubre | Adolescentes

GRACIA QUE SOBREABUNDA

«La Ley, pues, se introdujo para que el pecado abundara; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia» Romanos 5: 20

Sé que aún no trabajas, pero tus padres sí, ¡y entenderán esto perfectamente! Una de las alegrías más simples de la vida, es recibir algo gratis. Imagina ganar un sorteo y obtener un viaje soñado con todos los gastos pagados a otro país. Sería algo carísimo, ¡pero no pagaste nada por ello! Algo semejante a las «muestras gratis» en los supermercados. No pagas por ellas, pero las recibes para probar, ¡gratis!

El texto de hoy se trata de algo gratis pero con mucho más valor que cualquiera de los ejemplos que mencionamos hasta aquí. Cuando recibimos algo gratis, lo recibimos por gracia, pero cuando lo que recibimos viene de parte de Dios, es una gracia diferente, es gracia que sobreabunda. Enorme, desbordante, a veces hasta intimidante. La gracia de Dios es un regalo divino sin precio ni medida. Es mejor que cualquier bien material o experiencia, porque es un regalo que durará para siempre.

Dios nos ama tanto, pero tanto, que envió a Jesús para pagar el precio de nuestros errores. Sin que lo mereciéramos y sin que tengamos que hacer nada. Él vino por amor, para entregarse por nosotros, regalándonos la salvación por Su gracia. ¿Aceptas este regalo?

En Acción:

Este fin de semana, compra un paquete de chocolates o caramelos y distribúyelos entre las personas en la calle. Al entregarlos, diles que no necesitan pagar, ¡que es por gracia, un regalo, gratis! Esta acción es un recordatorio práctico de la gracia de Dios, que nos ofrece la salvación en Jesús sin pedirnos nada a cambio.