30 enero | Adolescentes
«Señor, si en verdad he hallado gracia a tus ojos, que vaya ahora el Señor en medio de nosotros. Éste es un pueblo muy terco, pero perdona nuestra maldad y nuestro pecado, y acéptanos como tu heredad. » Éxodo 34: 9
¿Alguna vez has orado por alguien? Eso se llama oración intercesora, y es muy poderosa. La oración intercesora es como pedirle a Dios algo muy importante en nombre de otra persona, actuando como mensajeros que presentan una petición especial ante Él. Por eso, cuando oramos por otras personas, como hizo Moisés por el pueblo de Israel, estamos pidiendo a Dios que las ayude y las bendiga, tal como sería si ellas mismas estuvieran haciendo ese pedido. Moisés sabía que el pueblo había desobedecido a Dios, pero aun así, le pidió a Dios que los perdonara: «Éste es un pueblo muy terco, pero perdona nuestra maldad y nuestro pecado, y acéptanos como tu heredad.»
La oración intercesora es poderosa porque muestra nuestro amor y preocupación por los demás. Orar por otros de esta manera es como soplar globos llenos de cariño y soltarlos hasta Dios para que Él cuide de quienes amamos. Ciertamente, Dios respeta la libertad de cada uno, por eso, cuando oramos por alguien, estamos dándole a Dios más espacio para trabajar en la vida de esa persona. ¿Ves cómo es importante orar por los demás? ¡Nuestras oraciones pueden cambiar la vida de las personas a las que amamos!
En Acción:
Haz una lista de cinco amigos o personas de tu familia. Durante un mes, ora por esas personas todos los días. Pídele a Dios que las cuide, las bendiga y las ayude en todo lo que necesiten. Al final del mes, cuéntales que oraste por ellas y pregúntales si sintieron alguna diferencia durante ese tiempo. ¡Te sorprenderás con el poder de tu oración!