31 octubre | Adolescentes
«Así que el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla.» 1 Corintios 10: 12,13
Caer en público es muy vergonzoso, ¿verdad?. ¿Has visto que, cuando tropiezas, hasta parece que vas cayendo en cámara lenta? Pues bien, en el texto de hoy se dice que el que cree estar firme debe tener cuidado para no caer. Esto quiere decir que podrías ser tentado a sentirte demasiado seguro o confiado. Pero cuidado, incluso cuando estamos aparentemente muy firmes, podemos caer. En la vida, enfrentamos muchas tentaciones y desafíos que pueden hacernos tropezar. Es como caminar por un sendero lleno de piedras y raíces; todo puede ir excelente por un momento, pero si no prestamos atención, podemos caer.
En el texto de hoy, Pablo nos recuerda que debemos estar siempre vigilantes y humildes. Aunque pensemos que estamos firmes y fuertes en la fe, debemos tener cuidado de no caer en tentación. La buena noticia es que Dios no permite que seamos tentados más allá de lo que podemos soportar y siempre nos da una salida para resistir. Recuerda: permanece atento, orando y buscando a Dios para mantenerte firme. Y cuando la tentación toque a tu corazón, puedes confiar de que Dios no tardará en darte la fuerza que necesitas para superarla.
En Acción:
Para practicar estar atento y vigilante, haz un recorrido de obstáculos en casa o en el jardín. Coloca algunos objetos en el suelo representando las tentaciones y desafíos. Intenta pasar por ellos sin tocarlos. Esto te ayudará a recordar que, en la vida, necesitamos estar siempre atentos para no caer en las tentaciones.