10 noviembre | Adolescentes

CÓMO VIVIR EN FAMILIA Y UNIDAD

«Por eso, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.» Efesios 2: 19,20

Imagina que estás jugando con un gran conjunto de bloques de construcción, como los de Lego, por ejemplo. Con estos bloques, decides construir la casa más grande y acogedora de todas, donde todos tus amigos puedan vivir junto a ti. En el texto de hoy, Pablo nos cuenta sobre una casa muy especial que estamos construyendo juntos: la familia de Dios. En esta familia, no somos solo vecinos o conocidos; somos hermanos y hermanas, unidos por Jesús, que es la piedra más importante de todas, la que mantiene firme los fundamentos de la casa.

Ser parte de esta familia significa que nunca estamos solos. Imagina que cada amigo que invitas para ayudarte en tu misión de construir la casa, trae un bloque para participar. Algunos bloques son azules, otros rojos, algunos grandes y otros pequeños, pero todos son importantes. Ya sé que tienes tu familia, pero la familia de la que estamos hablando hoy es mucho, pero mucho más grande. ¡Es una familia que comenzará aquí en la Tierra, en nuestras iglesias (por eso nos llamamos entre nosotros "hermanos"), y crecerá aún más en el Cielo! Por eso, Jesús nos invita a vivir juntos, compartiendo amor, ayudándonos unos a otros y aprendiendo más sobre Él cada día; así nos preparamos para el Cielo, donde, finalmente y para siempre, tendremos la mayor familia de todas.

En Acción:

En el próximo culto de sábado, invita a tus amigos a un desafío especial: construir una casa hecha de bloques que sea lo más grande posible. Cada uno traerá sus propios bloques, simbolizando la diversidad y la unidad en la familia de Dios. Mientras construyen, comparte lo que aprendiste en el devocional de hoy.