16 noviembre | Adolescentes
«Sé vivir humildemente y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» Filipenses 4: 12,13
¿Cuál es tu deporte favorito? Imagina que eres un atleta de ese deporte en una competencia importante. Estás esforzándote al máximo, pero estás cansado y casi a punto de rendirte. Entonces, alguien viene a tu lado (un entrenador o un compañero) y te dice palabras de aliento, transmitiéndote toda la fuerza y determinación que necesitabas. Con esa ayuda, ahora sí, te sientes capaz de continuar y superar todos los obstáculos.
De la misma manera, cuando enfrentamos dificultades en la vida, podemos sentir que no tenemos fuerzas para seguir adelante. Pero Pablo nos recuerda que, con la ayuda de Dios, podemos encontrar fuerza incluso en las situaciones más desafiantes y nos comparte un secreto poderoso que lo ayudó a enfrentar todos los desafíos de su vida: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece». Qué texto más maravilloso, ¿no es cierto?
Nos dice que Dios está a nuestro lado, fortaleciéndonos y alentándonos a perseverar. Esto no significa que podemos hacer cualquier cosa que queramos, independientemente de las circunstancias. Significa que, con fe en Dios, podemos enfrentar las adversidades y superarlas. Podemos encontrar fuerza para soportar, crecer y aprender, sin importar lo que esté sucediendo a nuestro alrededor.
En Acción:
Esta semana, desafíate a superar obstáculos como un verdadero atleta. Elige un deporte o actividad física que te guste, como andar en bicicleta o nadar, y establece una meta desafiante, como aumentar la distancia o mejorar tu rendimiento. Como un atleta, tu también puedes superar desafíos con determinación. Reflexiona sobre cómo la fe puede servirte de impulso extra en tu búsqueda por la superación.