29 noviembre | Adolescentes

LA BUENA BATALLA

«He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.» 2 Timoteo 4: 7,8

Hoy en día, vemos muchos deportes de lucha en la televisión, como el UFC y el MMA, donde los luchadores enfrentan desafíos intensos en el ring. Muchos cristianos ven estas luchas, pero coinciden en que pueden ser bastante violentas. Pablo, en 2 Timoteo 4: 7-8, usa una comparación similar, aunque no este hablando sobre peleas físicas.

Él compara nuestra vida con una batalla, y todos sabemos que la vida no es fácil. Como dijo Rocky Balboa en una famosa película, «Ni tú, ni yo, ni nadie golpea más fuerte que la vida, pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte y lo que aguantas mientras avanzas. Hay que soportar sin dejar de avanzar, así es como se gana».

Pablo nos recuerda que la vida puede ser un verdadero desafío, y que enfrentarlo de manera valiente y fiel es, en definitiva, luchar una «buena batalla». Pero aquí está la diferencia: los luchadores de hoy en día luchan por dinero. Sin embargo, el versículo de hoy nos enseña que nuestra lucha es por la corona de justicia. Será Jesús mismo quien entregará ese verdadero premio a los que le aman y esperan Su venida! Por lo tanto, por más desafíos que hayas enfrentado, recuerda que lo importante no es no haber caído, sino haber tenido la fuerza para levantarte y continuar, soportando los desafíos y avanzando hacia adelante, hacia el premio final que será lo que hará que todo valga la pena.

En Acción:

¿Qué tal compartirle este mensaje a alguien que conoces? Puede ser un amigo de la escuela, un familiar o incluso un compañero de la iglesia. Háblale sobre cómo enfrentar los desafíos de la vida con valentía y fe, y sobre cómo la esperanza de la corona de justicia es lo que nos inspira a perseverar.