3 febrero | Adolescentes

LA CONSAGRACIÓN DE AARÓN Y SUS HIJOS

«Derramó [Moisés] el aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo» Levítico 8: 12

Imagina una gran ceremonia donde Aarón y sus hijos están en el centro de todo, y Moisés los prepara para servir a Dios de una manera muy especial: ¡como sacerdotes! Primero, fueron lavados con agua, lo que simbolizaba la limpieza de todo mal, como cuando nos bañamos para quitar la suciedad. Luego, se vistieron con ropas especiales que solo los sacerdotes podían usar, mostrando que estaban listos para un trabajo muy importante: ayudar a las personas a acercarse a Dios.

Después, Moisés tomó el aceite de la unción, que es como un perfume, pero más importante, y lo derramó sobre la cabeza de Aarón. Esto era como decir: «Dios te ha elegido para este trabajo». También ofrecieron ofrendas de pan, aceite y animales, que eran símbolos de agradecimiento a Dios y de pedido de ayuda.

Todo esto nos muestra que para hacer cosas importantes para Dios, necesitamos estar limpios, preparados y saber que Dios nos ha elegido para ayudar a los demás. La historia de hoy nos enseña la lección de que todos tenemos un propósito especial y podemos hacer cosas maravillosas si estamos listos y dispuestos a servir. ¿Y tú, quieres consagrarte al Señor en este día?

En Acción:

Durante esta semana, rocía diferentes perfumes que te recuerden nuestra misión especial. Cada aroma puede servir como un recordatorio de que fuimos elegidos por Dios para esparcir esperanza a nuestro alrededor, como el perfume que se esparce en el aire.