7 diciembre | Adolescentes
«Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.» Santiago 4: 7,8
¿Alguna vez has pensado que, todos los días, enfrentamos una batalla contra el mal? ¡Es verdad! El diablo siempre está intentando convencernos para que elijamos el camino equivocado. Pero, ¿cómo podemos vencerlo? Santiago 4: 7-8 tiene la respuesta: «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.». Esto significa que, para alejar al diablo, necesitamos acercarnos a Dios. Pero, ¿cómo hacerlo en la práctica?
Someternos y acercarnos a Dios es mucho más que contar con un breve momento de lectura bíblica o de oración por la mañana, es una conexión constante con Él durante todo el día. En cada elección, tenemos la oportunidad de buscar a Dios. Si enfrentamos dudas, podemos pedir Su orientación. Buscar constantemente hacer Su voluntad y no la nuestra. Si algo bueno sucede, es un buen momento para agradecer. Esta conexión continua con Dios fortalece nuestra relación con Él y construye un escudo a nuestro alrededor contra las tentaciones y engaños del diablo.
Mantener a Dios en nuestros pensamientos y corazones a lo largo del día nos acerca a Él. Cada momento consciente de Su presencia es un paso más hacia la luz y uno menos hacia las sombras del mal. Estar cerca de Dios es nuestra mejor defensa, llenando nuestros corazones y mentes con Su sabiduría y paz, y guiándonos a hacer elecciones alineadas a Su voluntad.
En Acción:
Hoy haremos un experimento con una linterna. Por la noche, en tu cuarto oscuro, enciende la linterna. Comienza lejos de ella y ve acercándote lentamente. Observa cómo todo se vuelve más claro a medida que te acercas a la luz. Esto muestra de forma práctica cómo, en la vida, cuando nos acercamos a Dios, que es la luz, las cosas malas y las sombras se alejan de nosotros.