9 diciembre | Adolescentes
«Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. Vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, ahora sois pueblo de Dios; en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, ahora habéis alcanzado misericordia.» 1 Pedro 2: 9,10
¡Somos más especiales para Dios de lo que imaginamos! En el texto de hoy, somos llamados «generación escogida», «real sacerdocio» y «nación santa». Esto significa que Dios nos ve como personas muy importantes y quiere que hagamos cosas asombrosas en este mundo. ¿Sabes cuando te sientes contento por ser elegido para un equipo o un juego? Es una sensación increíble, ¿verdad? Ser una generación escogida significa saber que Él nos ha elegido para ser parte de Su equipo maravilloso.
Ser elegido por Dios es como ser el primero en ser llamado para el mejor equipo de todos. Y, ¿sabes qué más? Dios no deja a nadie afuera. ¡Todos somos elegidos por Él! El gran problema es que muchos no aceptan ser parte de este equipo. Pero, así como es un privilegio ser parte de este grupo selecto, también es una gran responsabilidad. Estamos aquí en la Tierra para ser Sus representantes, ayudando a las personas a conocer el gran amor de Dios a través de nuestras acciones. Él sabe que puedes hacer la diferencia en la vida de las personas a tu alrededor. Cada vez que haces algo bueno, es como si estuvieras mostrando un pedacito del amor de Dios a los demás.
En Acción:
La próxima vez que vayas a jugar algún deporte o a jugar con tus amigos, elige a alguien que tal vez no se sienta lo suficientemente bueno para estar en tu equipo. Observa cómo esa persona se alegrará de ser elegida. Esto te ayudará a recordar la alegría que debemos sentir por ser parte del equipo de Dios.