18 diciembre | Adolescentes
«Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma.» 3 Juan 1: 2
¡El cuerpo humano es una verdadera máquina! ¡Como un automóvil de carreras superpotente! En 3 Juan 2, recibimos un recordatorio especial: Jesús quiere que tengamos salud. Esto muestra cuánto se preocupa por nosotros, no solo por nuestro corazón y mente, sino también por nuestro cuerpo. Tener salud no se trata tan solo de sentirnos bien, sino también porque, con salud, podemos hacer mucho más para ayudar a otros y servir a Jesús por mucho más tiempo.
Piensa en la salud como el combustible para nuestras aventuras diarias. Si elegimos alimentos saludables, es como poner combustible de buena calidad en un automóvil; funcionará mejor y por más tiempo. Dormir bien es como recargar nuestras baterías después de un día lleno de juegos y aprendizajes, así estaremos más dispuestos para las próximas vueltas en la pista. Beber agua es esencial para que el motor (¡nuestro cuerpo!) no se sobrecaliente y funcione correctamente. Y, por supuesto, hacer ejercicio es como fortalecer nuestro «automóvil» para que sea aún más rápido en las grandes carreras.
Sé que a veces puede parecer un poco aburrido cuando los adultos nos recuerdan que comamos más verduras y vegetales, vayamos a la cama temprano o pasemos menos tiempo frente a una pantalla. Pero lo hacen porque cuidar de nuestra salud es realmente muy importante. Después de todo, ¡nuestra jornada aquí en la Tierra no es una carrera corta, sino de muchos y muchos años (si cuidamos de nuestra salud)!
En Acción:
Arma una pista con una rampa al principio. Coloca varias frutas (o trozos de ellas) en el camino. Suelta el coche desde la rampa y si toca alguna fruta, tendrás que comértela. ¡Acelera y diviértete!