5 febrero | Adolescentes
«Así apartaréis a los hijos de Israel de sus inmundicias, para que no mueran por sus inmundicias, por haber contaminado mi Tabernáculo que está entre ellos.» Levítico 15:31
Las leyes sanitarias de la Biblia eran súper avanzadas para su época, ¿sabías eso? Dios dio reglas sobre limpieza mucho antes de que las personas entendieran sobre gérmenes y enfermedades. En Levítico 12 al 15, Dios explicó al pueblo de Israel cómo debería cuidar de su higiene y salud, cómo lidiar con enfermedades e incluso cómo lavar sus ropas. Todo esto era muy importante para mantenerse saludables (recuerda, el pueblo era esclavo, ¡necesitaban ser «educados»!).
Ahora, imagina si no tuviéramos ninguna regla de higiene hoy en día. ¡Sería un caos total! Ropa sucia por todas partes, personas enfermas sin cuidados, otros con mal aliento... ¡Qué asco! Por eso, debes saber que las leyes de Dios no eran reglas aburridas, eran formas inteligentes de evitar enfermedades y problemas. Gracias a estas leyes sanitarias, el pueblo de Israel se mantuvo saludable en una época en la que no había medicamentos como hoy.
Dios sabía lo que estaba haciendo al darles estas leyes. Él quería que Su pueblo fuera saludable, no solo por fuera, sino también por dentro. Y lo genial es que estas leyes aún tienen sentido. Lavarse las manos, mantener todo limpio y cuidar nuestra salud son cosas que aprendemos desde pequeños, y todo esto comenzó hace mucho tiempo, con las leyes que Dios dio a los israelitas y que están registradas en la Biblia.
En Acción:
¿Qué tal hacer un desafío de limpieza? Elige un día para ser más higiénico: arregla tu cuarto, separa la ropa sucia, lávate las manos varias veces y trata de mantener todo limpio. Así podrás ver cómo las reglas de Dios nos ayudan a vivir mejor y de una manera más saludable.