8 febrero | Adolescentes
«Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas:» Levítico 23:2
¿A quién no le gustan las fiestas, verdad? ¡Pues Israel también tenía sus fiestas! Y lo mejor de todo es que fueron establecidas por el mismo Dios. Pero no eran simples celebraciones; tenían significados profundos y enseñaban lecciones importantes al pueblo de Israel. Cada fiesta marcaba momentos especiales en la relación entre Dios y Su pueblo, recordándoles Su protección, provisión y Sus promesas.
Por ejemplo, la Pascua recordaba al pueblo la liberación de Egipto, marcando el inicio de una nueva vida libre de la esclavitud. El Pentecostés, celebrado cincuenta días después de la Pascua, agradecía a Dios por la cosecha y por la entrega de la Ley en el Monte Sinaí. Era una fiesta de gratitud, recordando que todas las bendiciones, incluidas las leyes que los guiaban, venían de Dios.
La Fiesta de los Tabernáculos celebraba la jornada del pueblo por el desierto, viviendo en tiendas y dependiendo enteramente del cuidado de Dios. Era un tiempo para recordar la provisión divina y la promesa de una Tierra Prometida, un hogar permanente que Dios había preparado para ellos.
En resumen, estas fiestas no eran solo para recordar el pasado, sino también para mirar hacia el futuro, anticipando la venida del Mesías y la redención final de todo el pueblo de Dios. Enseñaban al pueblo a confiar en Dios, a celebrar Su fidelidad y a vivir en comunidad, compartiendo las bendiciones recibidas.
En Acción:
¿Qué tal crear tu propio calendario de fiestas con tu familia? Puede ser una forma divertida de recordar y agradecer por momentos especiales del año, como la superación de dificultades, las conquistas y las bendiciones recibidas.