10 febrero | Adolescentes
«Jehová habló a Moisés y le dijo: “Yo he tomado a los levitas de entre los hijos de Israel.”» Números 3: 11-12
En el gran plan de Dios para Su pueblo, Él escogió a una familia específica, los levitas, para encomendarles una tarea muy especial. Los levitas eran de la tribu de Leví, una de las doce tribus de Israel, pero no recibieron tierra como herencia como las demás tribus. En cambio, su tarea era cuidar del Tabernáculo, el lugar sagrado donde el pueblo de Dios adoraba y se encontraba con Él. Más tarde, cuando se construyó el Templo en Jerusalén, los levitas también se encargaron de él.
La elección de los levitas por parte de Dios no fue aleatoria. Simbolizaba la importancia de dedicar una parte de nuestras vidas al servicio y a la adoración a Dios. Así como los levitas servían atendiendo los asuntos del Tabernáculo y más tarde del Templo, nosotros somos llamados a cultivar nuestra relación con Dios y ayudar a otros a hacer lo mismo.
Dios les dio a los levitas la responsabilidad de cantar durante los cultos, de atender a los sacrificios y de enseñar las leyes de Dios al pueblo. Esto nos muestra que existen muchas formas diferentes de servir a Dios, desde cantar en un coro hasta enseñar y ayudar a otros. Cada uno de nosotros tiene una «tarea especial» dada por Dios, algo que podemos hacer para ayudar a nuestra comunidad de fe a crecer y prosperar. ¿Y tú, ya sabes cuál es tu don o habilidad especial para contribuir con tu comunidad o iglesia?
En Acción:
Busca en internet un test de dones espirituales con la ayuda de un adulto. Esto puede ayudarte a descubrir cuál es tu tarea especial en el plan de Dios, así como los levitas tenían la suya.