23 febrero | Adolescentes
«Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones.» Deuteronomio 18: 9
Cuando Dios guió a Su pueblo a una nueva tierra, les advirtió sobre los peligros de seguir las costumbres de los pueblos que ya vivían allí. Estos pueblos tenían prácticas muy diferentes, como adivinación, hechicería y otras formas de buscar orientación fuera de lo que Dios había establecido para el pueblo de Israel. Dios quería proteger a Su pueblo de estas influencias, no porque quisiera limitar su curiosidad, sino porque sabía que estos caminos podrían alejarlos de Él y del camino de la verdad.
Imagínate que tienes un mapa del tesoro, pero en lugar de seguir el mapa, decides escuchar a alguien que dice conocer un atajo. Si ese atajo es falso, podrías acabar perdido y nunca encontrar el tesoro. Cuando seguimos caminos que Dios dijo que evitáramos, es como ignorar el mapa y arriesgarnos a perdernos.
Así como los israelitas fueron advertidos de no seguir las costumbres paganas, nosotros también debemos tener cuidado con las influencias a nuestro alrededor que pueden desviarnos del camino de Dios. Esto puede incluir desde creencias y prácticas que no honran a Dios hasta las decisiones diarias que tomamos y que pueden no reflejar los valores cristianos. Como cristianos, somos llamados a vivir de una manera que muestre el amor de Dios al mundo, incluso si eso significa elegir no participar en ciertas actividades populares o comunes en la sociedad que desagradan a Dios. Nuestro compromiso es seguir el «mapa» que Dios nos dio a través de Su Palabra, buscando siempre Su camino en lugar de los atajos ofrecidos por el mundo.
En Acción:
Haz un dibujo de un mapa que lleve a un tesoro. En el camino, dibuja símbolos de las enseñanzas de Dios, pero también dibuja callejones sin salida y atajos que representan las prácticas incorrectas que Dios nos aconseja evitar.