5 marzo | Adolescentes

EL EJEMPLO DE LA VIDA DE CALEB

«Dame, pues, ahora este monte del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.» Josué 14: 12

El texto de hoy habla sobre Caleb, uno de los espías que Moisés envió para explorar la Tierra Prometida. A diferencia de los otros espías que volvieron con miedo, Caleb y Josué trajeron un informe positivo, lleno de fe. Ellos creían que, con la ayuda de Dios, podrían conquistar la tierra, a pesar de los gigantes y las ciudades fortificadas que tendrían que enfrentar. Por su fe y confianza en Dios, Caleb recibió una promesa: heredaría la parte de la tierra que pisó.

Años después, incluso ya siendo muy mayor, con 85 años, Caleb no olvidó la promesa de Dios. Se presentó ante Josué y pidió la tierra que Dios le había prometido. Su fe no disminuyó con el paso del tiempo, al contrario, estaba listo para luchar y conquistar Hebrón, la tierra de los gigantes anaceos. Caleb dijo: «Ahora, pues, dame este monte del que habló el Señor aquel día». Y fue así como Caleb y su familia conquistaron Hebrón, demostrando que la fe en Dios nos ayuda a enfrentar y vencer cualquier desafío, no importa cuán grande pueda parecer.

La historia de Caleb nos enseña sobre perseverancia, fe y la importancia de confiar en las promesas de Dios. El ejemplo de su vida nos ha inspirado tanto que la Iglesia creó un proyecto especial en su honor. El «Proyecto Caleb» incentiva a jóvenes y adolescentes a dedicar parte de sus vacaciones para hacer la diferencia en sus comunidades, llevando esperanza y amor. ¿Te imaginas cómo sería si tu historia podría inspirar a otros a crear un proyecto que lleve tu nombre?

En Acción:

Desafíate a conquistar una «tierra» u objetivo que parezca difícil. Puede ser algo pequeño, como aprender una nueva habilidad, palabras en otro idioma o mejorar en una materia de la escuela. Recuerda la fe y determinación de Caleb y confía en que, con Dios a tu lado, puedes alcanzar cualquier cosa.