3 abril | Adolescentes
«Sino que hiciste lo malo sobre todos los que fueron antes de ti, pues fuiste y te hiciste dioses ajenos e imágenes de fundición, para enojarme, y a mí me echaste tras tus espaldas.» 1 Reyes 14: 9
Jeroboam fue un rey que comenzó muy bien, sus acciones parecían mostrar que se convertiría en un gran líder de Israel, pero terminó tomando decisiones que no agradaban en nada a Dios. Dios no estaba satisfecho con el accionar de Jeroboan, él había llevado al pueblo de Israel a adorar ídolos, olvidándose completamente de los mandamientos de Dios. Como respuesta, Dios envió a un profeta para comunicarle un mensaje muy serio. El mensaje decía que, por sus malas decisiones, cosas muy malas le sucederían a él, a su familia y a su reino.
Esto nos recuerda que nuestras decisiones no solo nos afectan a nosotros mismos, sino que además pueden influir a las personas a nuestro alrededor, para bien o para mal. A veces, podemos pensar que sabemos lo que es mejor para nosotros, pero Dios siempre tiene una perspectiva mucho más amplia. Él desea que vivamos de tal forma que experimentemos la verdadera felicidad, y no solo para nosotros sino también para los demás.
Cuando elegimos seguir nuestro propio camino, ignorando los mandamientos de Dios, podemos terminar alejando a las personas de Él, sin darnos cuenta, tal como hizo Jeroboam. Como cristianos, es importante reflexionar sobre cómo nuestras acciones y palabras influyen en los que nos rodean. ¿Estamos siendo un buen ejemplo y ayudando a acercar a las personas a Dios o estamos haciendo lo contrario?
En Acción:
Intenta apartarte por un tiempo de alguna cosa que te des cuenta que te está alejando de Dios. Puede ser un hábito, un comportamiento o incluso el uso excesivo de las redes sociales o algún dispositivo. Usa ese tiempo para orar más y leer la Biblia, buscando nuevas maneras de convertirte en una influencia positiva para las personas que están a tu alrededor.