4 abril | Adolescentes

LA VIUDA DE SAREPTA

«La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra .» 1 Reyes 17: 14

Durante un tiempo muy difícil, cuando no había suficiente comida, el profeta Elías encontró a una viuda que vivía en Sarepta y que estaba preparando, lo que ella pensaba que sería, su última comida con su hijo. Pero Elías llegó, y le pidió un poco de comida, y a pesar de tener tan poco, ella decidió confiar en Dios y compartir lo que tenía.

¡Dios hizo un milagro maravilloso! La harina y el aceite de la viuda no se agotaron, como Él prometió:  «La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra .» ¿Amén? Cada día, esa viuda tenía lo suficiente para hacer una comida más. Esto sucedió porque ella confió en Dios y fue generosa, incluso cuando parecía que tenía muy poco.

Esto nos muestra que cuando Dios nos da mucho, no es solo para nosotros mismos. No es solo para tener una vida más cómoda o para guardarlo todo solo para disfrutarlo con nuestra familia. Dios nos bendice para que podamos bendecir también a otras personas. Y cuanto más compartamos, ¡más milagros veremos! Cuando compartimos lo que tenemos, ya sea comida, juguetes, tiempo o amor, estamos haciendo lo correcto, al igual que la viuda de esta historia.

En Acción:

Usa una alcancía o haz una de cartón. Siempre que puedas, pon algunas monedas en ella. Después de un tiempo, cuenta el dinero y úsalo para ayudar a alguien que lo necesite. Puedes donarlo a una organización benéfica, comprar comida para alguien en la calle, o cualquier otra forma de ayudar. Esta es una manera práctica de aprender a compartir las bendiciones que recibimos por parte de Dios con los demás.