5 abril | Adolescentes
«Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aún lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios! ¡Jehová es el Dios!» 1 Reyes 18: 38,39
Hubo un tiempo en el cual el pueblo de Israel no estaba siguiendo a Dios, sino adorando a ídolos, entre ellos, el favorito el rey y la reina: Baal. Entonces, el profeta Elías tuvo una idea: desafió al rey a reunir todas las tribus de Israel y a los profetas de Baal en el Monte Carmelo para una gran prueba. Iban a descubrir quién era el verdadero Dios: el Dios de Israel o Baal.
Miles de personas se reunieron para presenciar este momento importante. El desafío era simple: cada grupo construiría un altar y pediría a su Dios que enviara fuego del cielo. El Dios que respondiera con fuego sería el verdadero Dios. Los profetas de Baal intentaron primero, pero nada sucedió, incluso después de muchas horas. Elías comenzó a burlarse de ellos incentivándolos a gritar aún más fuerte. Cuando llegó su turno, el profeta hizo una breve oración pidiéndole a Dios que demostrara finalmente que solo Él era el verdadero Dios. ¿Te imaginas lo que ocurrió? la Biblia nos lo cuenta: «Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aún lamió el agua que estaba en la zanja.».
Fue un momento increíble que nadie allí jamás olvidaría. Dios es un Dios de milagros, como vimos en la historia de hoy. Él todavía hace cosas maravillosas que nos hacen repetir lo que dijo el pueblo de Israel en el Monte Carmelo: «¡Jehová es el Dios! ¡Jehová es el Dios!».
En Acción:
Construye tu propio altar usando piezas de lego u otros juguetes. Mientras estás armándolo, piensa en cómo Dios respondió a Elías y cómo Él también puede responder a tus oraciones. Este altar será un recordatorio divertido y visual del poder de Dios y de los milagros que Él puede hacer.