3 enero | Jóvenes
«El séptimo día concluyó Dios la obra que hizo, y reposó el séptimo día de todo cuanto había hecho. Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación» (Gén. 2: 2-3).
El sábado es una bendición en mi vida. ¡Es el día más feliz de la semana! Recuerdo una ocasión en la que pasaba por una gran avenida de São Paulo y vi a un grupo de jóvenes con banderas repartiendo panfletos en las esquinas. Era una campaña promovida por una cadena de restaurantes con el lema «Día Feliz».
Mostraban una alegría tan grande que me impactó. Desde allí hasta la iglesia, no pensé en otra cosa. Ni siquiera recuerdo sobre qué prediqué ese día. Regresé a casa aún impactado. En el camino de vuelta, se me ocurrió la idea de ver el sábado como el Día Mundial de la Alegría. Eso es lo que es el sábado. El sábado es el punto culminante de los actos creadores de Dios; el día más feliz de la semana.
Dios completó la obra de la creación en el sexto día y exclamó: «¡Esto está muy bien hecho!». Todo estaba listo, los animales, las plantas, el hombre y todo lo demás. La Palabra dice entonces que descansó en el séptimo día de toda la obra que había hecho.
¿Necesitaba Dios un día entero para recuperar sus energías? ¿Necesitaba un descanso? Por supuesto que no. Dios solo quiso darnos un ejemplo de cómo debería funcionar nuestra semana. De cómo deberíamos actuar para descansar de los seis días de trabajo. Quiso mostrarle al ser humano que, después de seis días trabajando, corriendo de un lado a otro, debemos tomarnos un tiempo para descansar. Es una bendición apartar un día para el reposo y la recuperación de energías. Pero no puede ser un día pesado, triste, aburrido. ¡Debe ser un día feliz!
Necesitamos mostrar al mundo que el sábado es el día de la familia, antiestrés, para disfrutar de la naturaleza, hacer el bien y descansar. El sábado es el día de la semana en el que dejamos de lado todos nuestros problemas, deudas, preocupaciones y aprovechamos el descanso de la mente y el cuerpo.
En general, las personas identifican a nuestra iglesia como «el pueblo que no trabaja los sábados». Pero eso no define nuestra relación con este día. La Biblia dice que Dios bendijo el sábado. Y las personas deben saber que el sábado es una bendición en nuestra vida. Jesús mismo lo dijo: «El sábado fue hecho por causa del hombre» (Mar. 2: 27).