3 mayo | Jóvenes
«Según la ley, ¿qué se debe hacer con la reina Vasti, por no haber cumplido la orden del rey Asuero, enviada por medio de los eunucos?» (Est.1: 15).
Descubrimos en el libro de Ester a una mujer con mucha personalidad. No estoy pensando en la encantadora Ester, sino en Vasti, persona de fuertes convicciones. Era la esposa del rey Asuero, también conocido como Jerjes. La historia se desarrolla alrededor del año 470 a.C., en Susa, una de las capitales del Imperio. No había hombre con mayor poder en la tierra que Asuero. Este decidió dar una fiesta que duró ciento ochenta días.
Por supuesto, toda esa juerga no terminaría bien. Asuero ordenó que trajeran a la reina para exhibirla ante sus invitados. La Biblia dice que el rey ordenó «que trajeran ante él a la reina Vasti, llevando la corona real» (Est. 1: 11). Algunos estudiosos de la Biblia creen que ella debía presentarse sin velo, lo que ya sería un escándalo. Otros creen que debía comparecer solo con la corona, completamente desnuda, lo que sería una indignidad. De cualquier manera, la reina simplemente se negó a cumplir la orden del rey.
Vasti era una mujer pagana, pero tenía principios. Defendió su honor aunque eso le costara un alto precio. Debido a esta desobediencia, Vasti perdió el título de reina.
Tengo una gran admiración por esta mujer porque fue fiel a su conciencia. Mujeres como Vasti son cada vez más raras, y hombres como Asuero son cada vez más comunes.
Algunos padres tienen dos éticas: una para los hijos varones y otra para las mujeres. Las reglas para los chicos tienden a ser más permisivas en relación con la pureza sexual. En general, las chicas reciben una educación más enfática en este punto. Sin embargo, actualmente la situación está cambiando. Lo que ya estaba mal en relación con los chicos, la mayor permisividad que se les concedía, se está extendiendo también a las chicas. Y esto ha representado un serio perjuicio moral para la sociedad.
Nuestras jóvenes no pueden ceder al estándar libertino de la sociedad. Los principios bíblicos deben ser la base de las decisiones que tomen. Frente a tanta presión en contra de los valores de la Palabra de Dios, necesitamos más mujeres como Vasti, que sean lo bastante valientes para decir «no».