4 mayo | Jóvenes
«Y el rey preguntó: “¿Qué honra o qué distinción se concedió a Mardoqueo por esto?”. Los servidores del rey, sus oficiales, respondieron: “Nada se ha hecho en su favor”» (Est. 6: 3).
Carl Brashear se unió a la armada estadounidense en una época en la que el racismo prevalecía en el país. Enfrentó el prejuicio de su instructor y sus compañeros blancos. Con valentía y determinación, se convirtió en el primer buzo negro de élite de la División de Rescates de los Estados Unidos, y su historia inspiró la película Hombres de honor. Brashear fue un hombre de honor, digno de confianza y pagó un alto precio por sus convicciones.
En la antigua Persia, Mardoqueo fue un hombre así. Judío exiliado, crio a una niña huérfana, Ester, que llegó a ser la reina del imperio. En cierta ocasión, Mardoqueo descubrió una conspiración para asesinar al rey Asuero. Informó a Ester, quien a su vez informó al rey, y los dos conspiradores fueron investigados y ejecutados. Aunque la valiente intervención de Mardoqueo quedó registrada en los archivos reales, no recibió ninguna recompensa. La historia quedó olvidada hasta que la Providencia despertó la memoria del rey.
En una noche crucial, el rey Asuero no pudo dormir y pidió que le trajeran el libro donde se registraban los actos heroicos de su reinado. Cuando escuchó la lectura relativa a la hazaña de Mardoqueo, el rey preguntó a los sirvientes qué recompensa había recibido en ese momento. Le informaron que no se le había dado nada.
Justo en ese momento, Amán estaba en el patio del palacio con la intención de pedir al rey autorización para colgar a Mardoqueo. El rey entonces llamó a Amán y le preguntó qué debería hacerse con el hombre al que deseaba honrar. Amán asumió que él sería el homenajeado y aconsejó al rey que vistiera al hombre con sus ropas reales, lo montara en su caballo y le pusiera la corona real en la cabeza. Mientras tanto, los príncipes del reino irían proclamando que ese hombre estaba siendo honrado por el propio rey.
El rey aprobó la sugerencia y le dijo a Amán que él sería el encargado de proclamar que Mardoqueo era el hombre honrado por el rey. Final de la historia: Amán fue colgado en la horca preparada para Mardoqueo, y Mardoqueo fue ascendido a la posición de Amán.
¿Has hecho algo loable y nadie te lo reconoció? Quédate tranquilo, porque el Eterno lo ha registrado en su libro. En el momento adecuado, serás honrado.