3 junio | Jóvenes
«El hombre de bien tiene misericordia y presta; gobierna sus asuntos con justicia» (Sal. 112: 5).
La honestidad es un principio moral fundamental. Va mucho más allá de simplemente no robar ni decir una mentira descarada. Es vivir de manera íntegra. A lo largo de la historia, aquellos que son honestos siempre han recibido algún tipo de reconocimiento.
Hubo un tiempo en el que prácticas como la mentira, el robo y la inmoralidad eran vehementemente rechazadas por la sociedad. Así, existía una cierta equivalencia entre el discurso de la iglesia y la moralidad social.
Hoy, sin embargo, nuestra generación no puede definir con claridad la diferencia entre una cosa y otra. Hace poco tiempo, la sociedad occidental defendía una ética judeocristiana. Se enfatizaba el trabajo como medio de sustento. Se enseñaba a los hijos que la economía debía cultivarse desde temprano, ahorrando un porcentaje de lo que se recibía.
Hoy, los tiempos han cambiado. Claramente, la sociedad moderna ha forzado un cambio drástico de comportamiento. La publicidad constantemente intenta avivar nuestro deseo de comprar cosas. Siempre hay alguna «necesidad» frente a nuestros ojos. Existe un estímulo para que esta «necesidad» sea satisfecha a cualquier precio.
Sin embargo, aquí es donde aparece la trampa. La tentación de buscar ganancias fáciles es, sin duda, una estrategia del diablo para esclavizarnos y hacernos incapaces de ejercer influencia a favor del reino de Dios en el mundo en el que vivimos.
Por todo esto, para vivir con honestidad, es necesario establecer un conjunto de reglas capaces de ayudarnos a seguir adelante y con la cabeza alta. Aquí tienes algunas sugerencias, ya probadas, para vivir una vida mejor: no tomes nada que no te pertenezca; no gastes más de lo que ganas; mantente alejado de las deudas; haz un presupuesto y registra todo; cultiva el contentamiento con lo que tienes.
En todos los aspectos de la vida, el cristiano debe esforzarse por vivir de manera coherente con la fe que profesa. El cristianismo conlleva un estilo de vida diferente al que sigue la sociedad actual.
Si queremos ser felices en este mundo y en el futuro, comencemos por aquí. ¡Una persona honesta es una persona feliz!