10 junio | Jóvenes
«Te alabaré, porque formidables y maravillosas son tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien» (Sal. 139: 14).
Lidiar con los sentimientos negativos no es fácil. Pueden ser destructivos, pesimistas, humillantes y, en general, distorsionados. La chica es rechazada por su novio y, por un momento, piensa que es hora de darse por vencida en la vida. En la escuela, los compañeros seleccionan los equipos y siempre eres el último en ser elegido. Es un sentimiento horrible cuando te das cuenta de que solo eres aceptado porque ayudas en las tareas de clase. Mucha gente gravita en torno a ciertos grupos, tratando de ser aceptada por ellos. La rueda se cierra, la persona está tan ansiosa por pertenecer que termina siendo excluida.
No hay argumentos fáciles cuando el dolor es muy fuerte. Y cada persona lo siente a su manera.
Antes de componer el Salmo 139, David había pasado mucho tiempo con Dios. Por eso, sabía que él lo sabe todo y está en todas partes. Dice que el Señor lo formó en el vientre de su madre y ya allí tenía todos sus días determinados. Dios teje a cada persona con sus características específicas. La baja autoestima no es su propósito para la vida humana.
Mucho antes de que el mundo fuera creado, ya existía en el corazón de Dios el sueño de crearnos. Cada uno de nosotros es una obra maravillosa y única de las manos del Padre. Cada célula y órgano de nuestro cuerpo fueron planeados, formados y tejidos por sus propias manos.
¿Has reflexionado sobre esta verdad bíblica en tu vida? ¿Puedes maravillarte con el hecho de que el Señor pensó en tu vida durante tu gestación? No somos intrusos en el mundo. Somos creación del mismo Dios, la obra maestra de sus hábiles y poderosas manos. Fuimos hechos por él. Nuestra vida es una declaración de que Dios es bueno. Él nos ama.
Vive este día manteniendo firme esta verdad en tu mente. No permitas que los criterios distorsionados del mundo quiten el brillo y la belleza de tu autoestima. Alaba a Dios por haberte hecho de la manera que eres. Ora para que tus características sean una bendición en la vida de alguien hoy.