17 julio | Jóvenes

Sé fiable

«Así ha dicho Jehová: “¡Maldito aquel que confía en el hombre, que pone su confianza en la fuerza humana, mientras su corazón se aparta de Jehová! […] ¡Bendito el hombre que confía en Jehová, cuya confianza está puesta en Jehová!”» (Jer. 17: 5-7). 

Si la vida se redujera solo a la primera parte del texto de Jeremías 17: 5 («Maldito el hombre que confía en el hombre»), sinceramente, el mundo sería un lugar imposible de habitar. ¿Cómo sería el matrimonio si la persona no confiara en su cónyuge? Si no hay cierta confianza entre el empleador y el empleado, esta asociación no puede funcionar. Si sacamos el texto de su contexto, las relaciones sociales se vuelven impracticables.

Es verdad que vivimos en un entorno de inseguridad e incertidumbres. Hubo un tiempo en que la palabra del hombre era suficiente. Pregunta a tus abuelos y podrán hablarte de una época en la que los negocios se cerraban anotando las deudas en una libreta. Ya no es así en el mundo moderno, tecnológico y secularizado en el que vivimos. Hay quienes desconfían incluso de su propia sombra.

Sin embargo, la confianza es la única manera en que las personas pueden relacionarse positivamente. ¿Qué haces cuando confías en alguien? Pones en manos de la otra persona un pedazo de ti mismo: tu corazón, tu dinero, tu tiempo, etcétera. Te vuelves vulnerable. Pero cuando el otro actúa con lealtad, descubres un amigo verdadero.

Y cuando tu confianza es traicionada, si la copa de la confianza se agrieta, todo se pierde. Es duro escuchar a alguien decir: «¡Ya no confío en él!». La traición nos duele. Cuando decidimos confiar, asumimos riesgos.

El evangelio nos presenta un gran desafío cuando somos traicionados. Se llama perdón. Por esta razón, te invito a ver el versículo de hoy desde otra perspectiva. Si el otro está sujeto al error, yo también lo estoy. El otro puede equivocarse, y yo también. En ese aspecto, podemos decir que todos estamos en el mismo nivel.

Sé una persona de confianza. Decide cumplir tus promesas. Si más personas están dispuestas a actuar así, habrá espacio para que florezca la confianza.

En el versículo de hoy, Jeremías enseña que Dios es el único que nunca traicionará tu confianza. Puedes confiar en él sin miedo. Él nunca te decepcionará.