22 noviembre | Jóvenes
«Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente […] y le será dada. Pero pida con fe, […] porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento» (Sant. 1: 5-6).
Vivimos en la era de la información. A través de emisoras de radio, canales de televisión por satélite y cable, Internet, somos bombardeados con más datos de los que podemos procesar. Un número infinito de datos está al alcance de un clic. Sin embargo, no debemos confundir esto con sabiduría. La sabiduría no se encuentra tan fácilmente.
Para muchas personas, la sabiduría es sinónimo de conocimiento, que puede adquirirse a través de libros, medios de comunicación y motores de búsqueda en línea. Pero el conocimiento es simplemente información analizada y procesada. La sabiduría va más allá: es la aplicación práctica del conocimiento en armonía con la voluntad de Dios.
Según Proverbios 2: 5, sabiduría es encontrar «el conocimiento de Dios». El mayor descubrimiento de la vida es la certeza de que Dios es la persona más importante para nosotros.
Los primeros nueve capítulos de Proverbios presentan el mensaje central del libro, que se puede resumir en la frase: «La sabiduría es más preciosa que la plata y el oro». Imagina que alguien te diga: «Te daré todo lo que quieras. ¿Quieres que pague tus cuentas? Dame tus datos bancarios. ¿Quieres un coche nuevo? Elige la marca. ¿Quieres una nueva casa? Elige el lugar. La otra opción es la sabiduría. ¿Qué eliges?».
Un joven que teme al Señor elegiría la sabiduría. Incluso aquellos que creen que su conocimiento es fruto de su propia capacidad solo son lo que son gracias a Dios (ver Isa. 28: 29). El Espíritu de Dios da «sabiduría y entendimiento», él brinda «consejo» y «poder», concede «conocimiento y temor del Señor» (Isa. 11: 2). No te engañes: la verdadera sabiduría es un don de Dios. Debes buscarla. Debes invertir tiempo en ello.
Cuanto más profundamente sintamos nuestra necesidad de sabiduría y busquemos al Señor con un corazón sincero, más ampliamente nos otorgará él su bendición. Ora por tener sabiduría. Es el tesoro más precioso que puedes poseer. Cuando la encuentres, tendrás un tesoro para toda la vida.