2 febrero | Jóvenes

No lo dejes para después

«No te jactes del día de mañana porque no sabes lo que el día dará de sí» (Prov. 27: 1). 

Vamos a hablar sobre procrastinación. ¿Sabes el significado de esta palabra? Se trata de la tendencia a posponer un compromiso, aplazar una decisión importante o incumplir con las responsabilidades inmediatas. Es la inclinación a dejar todo para después. ¿Conoces a alguien que «deja las cosas para más tarde»?

Todos procrastinamos en alguna área de nuestra vida, ya sea en el cuidado de la salud, en las tareas escolares o en la relación con Dios. Nacemos con la tendencia a usar excusas para no enfrentar nuestros compromisos. Este desafío humano llamó la atención del psicólogo Tim Pychyl, de la Universidad de Carleton (Canadá). Pychyl investigó el tema durante veinte años y constató que la procrastinación es «en la actualidad, el problema más grave de la educación». Después de todo, ¡es mucho más placentero pasar una tarde viendo vídeos en Internet que resolver problemas de matemáticas! Tim explica: «Es como emborracharse o comer para consolarse: es una estrategia que nos hace sentir mejor al distraernos con un placer a corto plazo y olvidarnos del problema».

¿Y tú? ¿Cómo lidias con estas distracciones? ¿Eres de aquellos que pasan horas en alguna red social en lugar de cumplir con sus obligaciones? Ten cuidado con las distracciones y los pasatiempos, ya que funcionan como los dulces: brindan una sensación de placer, pero se acaban rápidamente y hacen daño.
Aquí van algunas sugerencias prácticas para vencer la procrastinación:

El peor tipo de procrastinación, sin embargo, es posponer la decisión por Jesús para otro momento. Recuerda que la vida es pasajera y que hoy mismo es el día de tu salvación (Heb. 3: 15).