26 noviembre | Jóvenes

Límites en el noviazgo

«Huye también de las pasiones juveniles» (2 Tim. 2: 22). 

Cuando estamos enamorados, deseamos pasar la mayor parte del tiempo junto a la persona amada. Más que eso, con el aumento de la intimidad, surge el deseo de tocar el cuerpo del otro.

Esto es peligroso. Si se le da rienda suelta, la pareja será fuertemente manipulada por sus hormonas. Y la voluntad de Dios es que tengamos autocontrol. En 1 Tesalonicenses 4: 3-8, Pablo dice que el creyente debe aprender a vivir en el centro de la voluntad de Dios. Enseña que debemos tener control sobre nuestro propio cuerpo, no podemos ser dominados por pasiones desenfrenadas ni vivir en la impureza. Jóvenes enamorados que tienen relaciones sexuales antes del matrimonio pierden lo más hermoso del amor.

Pablo dice —se infiere del texto de hoy— que el instrumento más fuerte para resistir las tentaciones sexuales son las piernas. ¡Corre! ¡Huye! El joven que aprende a huir del sexo libre, de la pornografía, de las malas compañías y cosas por el estilo tendrá una vida bendecida y feliz.

Y ¿por qué Dios pide que esperemos hasta el matrimonio? ¿No quiere que disfrutemos del placer que él mismo creó? Nada de eso. Dios nos ama y desea lo mejor para nosotros. Él estableció principios y valores cristianos para que disfrutemos plenamente de la sexualidad en el contexto del matrimonio.

Dado que en general los chicos son más tentados a avanzar, aconsejo a las chicas que tengan una posición clara y firme al respecto. Deben defender su propia honra y la de su familia. Sus cuerpos pertenecen a Dios y, por lo tanto, es él, y no el novio, quien dicta las reglas. Para los chicos, mi consejo es que sean verdaderos hombres y respeten la honra propia y la ajena. No hagáis con la hija y hermana de otros lo que no os gustaría que hicieran con vuestra propia hija o hermana. Además, consagrad vuestra vida a Dios y no permitáis que las hormonas tengan una voz más fuerte en vuestras vidas que la influencia del Espíritu Santo.

Una advertencia final para hoy. Salir con más personas significa que enfrentarás más tentaciones y más oportunidades de renunciar a tus principios. Si aun las personas mejor intencionadas ceden (y las estadísticas prueban que la mayoría cede), entonces salir con un número mayor de personas aumentará las posibilidades de que existan más y más parejas sexuales. Cuantas más parejas sexuales, mayor será el bagaje sexual que traigas al matrimonio, ¡y eso será muy nocivo para la relación! Sé sabio. Huye de eso. ¡El plan de Dios es mejor!