7 diciembre | Jóvenes
«¿Qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece» (Sant. 4: 14).
Una calavera no habla, pero su imagen dice mucho. A pesar de esto, quienes llevan una pegatina, una gorra o una camiseta con calaveras no siempre conocen las ideas que este símbolo evoca. Las pinturas, los cuadros e incluso los adornos con forma de calavera se pusieron de moda en Europa en el siglo XVII, en un período de crisis y guerra. La religión de la época, para insistir en la noción de «inmortalidad del alma», enseñaba que la vida es corta y el tiempo, fugaz. Un artista español llamado Juan de Valdés Leal pintó un cuadro con la figura de un esqueleto que sostiene una guadaña en una habitación oscura llena de valiosos objetos caídos, lo que simboliza la gloria, la vanidad y la sabiduría humana arrojadas por tierra. La pintura es conocida como In ictu oculi (En un parpadeo), una frase tomada de la Biblia (1 Cor. 15: 52).
Usar la Biblia para respaldar una idea, sin preocuparse por lo que realmente enseña la Escritura, es algo más frecuente de lo que uno podría llegar a imaginar. Por ejemplo, el cuadro de Valdés ignora lo que está escrito en 1 Corintios 15: 52. El texto dice que en un parpadeo seremos transformados, en ocasión de la resurrección. Es decir, no es la vida la que pasa en un parpadeo (in ictu oculi), sino las aflicciones, los dolores, los sufrimientos y nuestra existencia en su totalidad. Lo mismo se aplica a Santiago 4: 14 o cualquier otro texto descontextualizado intencionalmente para satisfacer las expectativas de ciertos lectores. El apóstol explica: «[Vuestra vida] es neblina que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. [...] Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala» (Sant. 4: 14-16). Observa que el autor está reprobando el orgullo de aquellos que hacen planes sin la aprobación de Dios, no está filosofando sobre la brevedad de la vida ni ensalzando el temible poder de la muerte.
Tempus fugit significa «el tiempo huye». De hecho, para aquellos que son mortales, la vida pasa rápido, y esto molesta, ya que fuimos creados para la eternidad, no para la sepultura. Por eso, según la Biblia, la muerte es una intrusa; es «el último enemigo que será destruido» (1 Cor. 15: 26, NVI). Entonces, ¿qué sentido tiene difundir símbolos o promover creencias que la retratan como algo divertido, deseable o «normal»? La próxima vez que te sientas tentado a ver una película de zombis o ponerte ropa con calaveras, ¡piensa en ello!