21 diciembre | Jóvenes
«Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca» (Apoc. 1: 3).
¿Has oído hablar del libro más incomprensible del mundo? Se trata del Manuscrito Voynich, datado en el siglo XV, que contiene extraños dibujos y palabras escritas en un idioma desconocido. Hasta el día de hoy, los criptógrafos de todo el mundo no han logrado descifrar ni una sola palabra de esta obra.
Realizado en pergamino, el libro consta de veinticuatro páginas escritas de izquierda a derecha, sin puntuación. En total, son alrededor de ciento setenta mil caracteres. El manuscrito debe su nombre al estadounidense Wilfrid Michael Voynich, un comerciante de libros que lo adquirió en un colegio jesuita de Roma en 1912.
A lo largo de los siglos, los estudiosos han intentado encontrar sentido en las misteriosas páginas del libro. La investigación más significativa la efectuó en 1976 el profesor William Bennett, quien llevó a cabo estudios de casuística y estadísticas con letras y palabras del texto. Concluyó que el libro tiene un vocabulario muy limitado y repetitivo, similar al idioma hawaiano, que solo posee doce letras. Para Bennett, el libro parece más una sátira.
A diferencia del Manuscrito Voynich, la Biblia no es un libro «cerrado» e imposible de entender. Para aquellos que tienen un corazón sincero y buscan la ayuda del Espíritu Santo, el texto de las Escrituras se convierte en alimento para el alma, una fuente de vida y sabiduría (ver Jer. 15: 16).
Ni siquiera el libro del Apocalipsis, que tiene un lenguaje predominantemente simbólico, es una obra indescifrable. «Apocalipsis» significa «revelación», que, a su vez, significa «quitar el velo». En este libro fantástico, Dios descubre ante nosotros su amor, su dominio y sus acciones a lo largo de la historia. En escenas magistrales del santuario celestial, el Señor revela que está al control del universo y también de nuestra vida.
Si tienes dificultades para entender las profecías apocalípticas, recuerda que la Biblia es su propia intérprete. Todos los libros de las Escrituras «desembocan» en el Apocalipsis y nos proporcionan la clave para entender su contenido. Con oración, dedicación y buenos comentarios bíblicos, comprenderás los hermosos planes que Dios tiene para tu vida.